Un diastema es una separación excesiva entre los dientes. El más habitual y visible es el diastema entre los incisivos centrales superiores.
El diastema es algo frecuente y normal en la primera dentición. En adultos la incidencia es menor, pero cualquier persona puede presentarlo, ya que sus causas, como veremos ahora, son diversas.
¿Qué provoca los diastemas?
Las causas de los diastemas más comunes son:
- Frenillo labial superior demasiado fibroso: sucede cuando esta membrana crece más de lo normal, llegando hasta los dos incisivos centrales y separándolos.
- Crecimiento excesivo del hueso maxilar: si esto ocurre, los dientes no llegan a ocupar todo el ancho del hueso, con lo que quedan más separados entre ellos.
- Hiperactividad lingual: es un movimiento continuo e involuntario de la lengua contra los dientes que, poco a poco, va aumentando el espacio entre ellos.
- Herencia: a veces el problema simplemente viene heredado del padre o la madre.
- Traumatismos: un golpe puede provocar desplazamiento de los dientes y generar un diastema.
¿Se trata solo de algo estético?
Sí y no. Un diastema es principalmente un problema estético, pero es cierto que esta separación excesiva entre los dientes puede favorecer una mayor acumulación de bacterias y, por lo tanto, más riesgo de caries. Por otro lado, la zona de encía adyacente será más sensible y vulnerable. Por ello es importante que, si tienes diastema, cuides mucho tu higiene oral.
En cuanto a la cuestión estética, hay personas a quienes no les importa lucir su diastema. Es más, algunas celebrities como Vanessa Paradis o Madonna hacen gala de él.
Los diastemas no entrañan grandes riesgos para la salud oral de los pacientes, pero es importante cuidar la higiene bucodental y acudir a revisiones periódicas con el dentista.
Cómo tratar los diastemas
Escoger un tratamiento eficaz para los diastemas depende de la causa que los ha originado.
La solución más frecuente es la ortodoncia con brackets o alineadores invisibles. De este modo se reposicionan los dientes y los espacios quedan cerrados.
Si la causa es un frenillo muy fibroso, se procede a una frenectomía o eliminación del tejido excesivo. En niños esta intervención basta para que los dientes se posicionen por sí mismos y desaparezca el diastema. Pero en adultos, tras la operación será necesaria una ortodoncia.
Si el espacio interdental no es demasiado ancho, se puede recurrir a las carillas para solucionarlo.
Por último, cuando el diastema ocurre como consecuencia de un traumatismo, lo ideal es poder tratar el problema lo antes posible, reposicionando el diente y fijándolo con una férula.
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