Seguro que has oído hablar sobre la toxina botulínica o bótox. Pero ¿conoces sus beneficios? ¿O quizás no te acabas de fiar de su efectividad? Vamos a ayudarte a aclarar dudas.

¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica es una proteína producida por la bacteria Clostridium botulinum. Purificada y administrada en dosis muy bajas actúa como relajante muscular. Por ello se utiliza para reducir las arrugas de expresión, siendo este su uso más conocido, pero no el único.

¿Cuáles son sus aplicaciones y beneficios?

En el ámbito estético

La toxina botulínica se utiliza en estética facial para dar al rostro un aspecto más joven y terso, sin perder su expresividad natural.

En contra de lo que se cree, el bótox no paraliza el rostro. Además, sus efectos son reversibles, durando entre 6 y 9 meses.

Estos son algunos de sus beneficios:

  • Reeduca la musculatura si se usa de forma habitual, permitiendo espaciar en el tiempo las reaplicaciones.
  • Es adaptable a cualquier tipo de rostro.
  • Mantiene sus proporciones, al no ser un elemento de relleno.
  • Es prácticamente indoloro, no deja apenas marcas y su aplicación es ambulatoria.

Pero no solo reduce las líneas de expresión. También es de gran ayuda en el control del exceso de sudoración axilar o palmar, al relajar los músculos donde se alojan las glándulas sudoríparas.

La toxina botulínica en odontología

¿Sabías que el bótox combate eficazmente el bruxismo?

Al actuar como relajante muscular, la toxina botulínica es capaz de aflojar la presión excesiva en la mandíbula que provoca bruxismo, reduciendo además sus problemas asociados: migrañas, dolor en las cervicales, desgaste dental, etc.

Pero… ¿Es la toxina botulínica segura?

Existe cierto miedo al bótox, originado por noticias en prensa rosa que corresponden a casos aislados y siempre provocados por mala praxis.

Lo cierto es que aplicar toxina botulínica es 100% seguro, si lo hace un profesional médico cualificado.

De hecho, fue en el ámbito médico donde empezó a aplicarse, allá por 1980.

En neurología, por ejemplo, se usa para tratar el Parkinson, dolor crónico, migrañas, etc.

La aplicación de bótox:

  • No requiere de anestesia.
  • No produce alergia.
  • Se realiza mediante pequeñas inyecciones que apenas se sienten.
  • No precisa de cuidados especiales posteriores.
  • Apenas deja hinchazón o hematomas.

Como ves, no hay motivos para temer a la aplicación de toxina botulínica y sí muchos efectos de los que beneficiarse. Si crees que puedes aprovechar sus efectos, pide cita en Equipo de la Torre – Unidad Avanzada de Salud Bucodental.

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